La UNS concretó su tercer acto de reparación hacia víctimas del terrorismo de Estado

2025-05-28 - Acto Reparación de Legajos (48)

—En este acto, se deja registro de que su desvinculación de la institución fue consecuencia del accionar del terrorismo de Estado y de su condición de víctima.

La frase, en las voces del rector Daniel Vega y la vicerrectora Andrea Castellano, sonó diecinueve veces en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Sur.

Ocurrió en la tarde del miércoles 28, cuando se llevó a cabo el tercer acto institucional de reparación a integrantes de la comunidad de la UNS que vieron interrumpidas sus carreras laborales o estudiantiles en la época en que la autodenominada Alianza Anticomunista Argentina y la dictadura llevaban adelante el plan criminal. El registro íntegro del evento puede verse acá.

Aprobada por el Consejo Superior en 2022 y puesta en manos de una Comisión Técnica que detecta los casos y profundiza en las investigaciones, la política de reparación de la UNS es la primera en el país que no se limita a los casos de desapariciones forzadas o asesinatos, sino que incluye también a sobrevivientes. El proceso supone la reconstrucción de los legajos laborales y fichas estudiantiles, que no consignaban las circunstancias de la desvinculación de las víctimas o las expresaban según el relato oficial de entonces. Las futuras generaciones podrán leer en esos documentos, cuyas copias fueron entregadas a sus titulares o a sus familiares, lo realmente ocurrido.

En esta ocasión, la reparación incluyó a Fernando Alduvino, María Adela del Carmen Burgos, Máximo Cargnelutti, María Jorgelina Caviglia, Daniel Villar, David Cilleruelo, Carlos Davit, Daniel De Líbano Elorrieta, Lorenzo Ferretjans, Lucio Iurman, Graciela Leiva, Graciela Lusky, Fortunato Mallimaci, Jorge Riganti, Alberto Rodríguez, Victorio Schillizzi, Dolio Sfascia, Nélida Winzer y Edgardo Fernández Stacco. Sus nombres integran desde el miércoles 28 el Memorial de la UNS, en una de las paredes del edificio del Rectorado. Allí también se indican las formas de persecución que sufrieron.

Dentro del grupo reparado se encuentran docentes, nodocentes, estudiantes, investigadores e investigadoras con diversas pertenencias políticas y áreas de estudio, dando cuenta de la amplitud e intensidad del plan criminal desplegado sobre la sociedad argentina y la comunidad universitaria en particular.

“Es doloroso pero necesario asumirlo: como rector, reconozco que varios de mis antecesores participaron activamente del plan criminal, firmando cesantías y expulsiones, que además implicaron desprotección en una época en la que todo era amenaza”, enfatizó Vega el mensaje institucional del acto.

Sin embargo, apuntó dirigiéndose a destinatarias y destinatarios de la reparación, “nuestra UNS vive en ustedes y en quienes durante los años de oprobio y posterior silencio e impunidad nunca bajaron los brazos. Esas personas y colectivos fueron centrales para que la institución comience un recorrido paulatino que arriba con estos actos a un punto que no es de llegada, sino de reinicio. De reparación en lo que pueda ser reparado. De preservación del futuro”.

Por la Comisión Técnica, la historiadora Teresita Zaffrani valoró que la política promovida “constituye la mejor forma de posicionarnos frente al cinismo, la crueldad, el odio, el sectarismo, la falsedad, la mentira, la tergiversación efectista, y sobre todo el antihumanismo que derraman desde el poder y parecen calar en el tejido social de la Argentina”.

Por otra parte, Zaffrani destacó otras dos circunstancias singulares que rodearon al acto del miércoles 28.

Por un lado, el medio siglo que el 3 de abril cumplió un punto de quiebre en la historia de la UNS: el homicidio del dirigente estudiantil comunista David “Watu” Cilleruelo, perpetrado en los pasillos del complejo de avenida Alem 1.253 por un grupo de la Triple A a órdenes del rector de entonces, Remus Tetu. La ficha estudiantil de “Watu” fue una de las reparadas, y desde ahora señalará que la interrupción de su camino para convertirse en ingeniero industrial se debió a su asesinato.

A ese aniversario se suma la apertura y el avance de una causa judicial que investiga la persecución a docentes de la UNS durante la dictadura, bajo la acusación de “infiltración ideológica marxista”. Fue el único caso en el país en que los secuestros y cautiverios se enmascararon bajo la forma de un expediente judicial, manipulado por el entonces juez federal Guillermo Madueño.

“La memoria es un puente vivo, y de doble vía, entre el pasado y el presente”, definió Zaffrani, porque las conmemoraciones “reactivan el pasado habilitando su actualización y su reconocimiento por parte de nuevos grupos y generaciones”.

Un día antes, la Facultad Regional Bahía Blanca de la Universidad Tecnológica Nacional había desarrollado su primer acto reparatorio. Durante su desarrollo, la UTN reparó sus registros sobre el trabajador nodocente Miguel Castro, el estudiante Daniel Hidalgo y el profesor Victorio Schillizzi, que un día más tarde sería reconocido también en la UNS, ya que pertenecía a ambos planteles docentes.

El camino de reparación de la UTN se emparenta con el de la UNS no sólo por su vecindad geográfica, sino también porque -mediante la firma de un convenio– se nutrió de la pericia de las y los profesionales de la Comisión Técnica de esta última y la experiencia recogida en dos años de labor.

“Quiero decirle al rector y la vicerrectora que es para tener ‘Orgullo UNS’ de estas personas”, agradeció el decano Alejandro Staffa, que valoró “el trabajo minucioso de investigación y docencia” del grupo sobre la temática.

Comparte esta noticia en las redes: